Obras Por H P Blavatsky
En Espanol
Cardiff
Theosophical Society in Wales
206 Newport Road, Cardiff, Wales, UK. CF24 -1DL
Helena Petrovna
Blavatsky (1831 – 1891)
The Founder of
Modern Theosophy
Obras
Teosoficas En Espanol
¿Es la Teosofía
una Religión?
Por
H P Blavatsky
Inglés:- Is
theosophy a Religion ?
“La religión es la mejor armadura que un ser pueda
tener,
sin embargo es la peor capa.”
John Bunyan
No es una
hipérbole decir que jamás existió, por lo menos durante este siglo, un
movimiento social o religioso, tan terriblemente o mejor dicho, tan
absurdamente mal comprendido o tergiversado como la Teosofía; ya sea que se
considere teóricamente como código ético o prácticamente en su expresión
objetiva: la Sociedad Teosófica. Año
tras año y día tras día, nuestros oficiales y miembros tuvieron que interrumpir
e impugnar, de manera más o menos enfática, a las personas que hablaban acerca
de la teosofía como si fuera una “religión” y de la Sociedad Teosófica como si
fuera una suerte de iglesia o ente religioso.
¡Lo que es aún peor, es que a menudo se menciona
La gente con
una mentalidad muy estrecha y notoriamente inicua, aún necesita un pretexto
plausible para encontrar un blanco hacia el cual dirigir sus observaciones poco
caritativas y sus calumnias expresadas inocentemente. Para tal propósito, ¿cuál
blanco es más sólido y conveniente que un “ismo” o una “secta”? A la gran
mayoría no le gustaría ser desengañada, obligándola, finalmente, a aceptar el
hecho de que la teosofía no es ni una “religión” ni una “secta.” El nombre
colinda con sus ideas distorsionadas y fingen no saber que es inadecuado. Sin embargo, existen otras personas, más o
menos simpatizantes, que están sinceramente influenciadas por la misma ilusión.
A éstas les decimos: seguramente, hasta la fecha, el mundo ya ha sufrido
suficientemente bajo la acción de factores capaces de aletargar el intelecto:
los credos dogmáticos ¡para que les inflijamos una nueva forma de fe! Un número
muy nutrido de individuos lleva puesta su fe según las palabras de Shakespeare:
“
Podrá parecer
extraño y paradójico, sin embargo es verdadero decir que, hasta la fecha, los
trabajadores más expertos en la teosofía práctica y sus miembros más devotos,
se han reclutado de los rangos de los agnósticos y aún de los materialistas.
Jamás se encontrará a un sincero y genuino buscador de la verdad entre los
creyentes fanáticos en la “Palabra Divina,” cualquiera que sea su procedencia:
Alá, Brahma, Jehová o sus respectivos Corán, Purana y Biblia; ya que “la Fe no
es el fruto de la razón, sino de su reposo.”
Aquel que cree
en su religión por fe considerará, aquella ajena, como una mentira, odiándola
en virtud de esa misma fe. Además, a menos que se supedite la razón y se
cieguen completamente nuestras percepciones de cualquier cosa que salga de nuestra
fe particular, ésta última no es fe
Sin embargo,
La presente
protesta se propone elucidar estos puntos.
En primer
lugar, quizá sea preciso decir que la afirmación según la cual:
“la Teosofía no
es una Religión,” no excluye, en lo más mínimo, el hecho de que la “Teosofía es
la Religión” misma. Según el verdadero y único significado correcto del
término, una religión es un vínculo que une a los seres humanos entre ellos y
no un conjunto particular de dogmas y creencias. Ahora bien, esencialmente, la
Religión, en su acepción más amplia, es lo que vincula, en un gran entero
único, no sólo a todo el género humano; sino a todos los seres y las cosas en
el Universo.
Esta es nuestra
definición teosófica de religión; sin embargo, la misma definición cambia con
cada credo y país y no hay dos cristianos que la consideren de manera análoga.
Esto se constata en más de un eminente autor. En efecto, Carlyle definió la
Religión Protestante de sus días con un discernimiento altamente profético,
expresando un sentimiento que actualmente está en continuo ascenso:
Por lo general,
es un sentimiento sabio y prudente que estriba en el mero cálculo, una cuestión
de conveniencia y de utilidad, que hoy se refleja en todas las demás y mediante
la cual una diminuta cantidad de goce terrenal, puede trocarse por una porción
mucho más amplia y de placer celestial. Así, aún la religión es provechosa, un
trabajo con fines lucrativos, no es reverencia; sino esperanza o pavores
vulgares.
A su vez, la
señora Stowe, ya sea consciente o inconscientemente, daba la impresión de
pensar en el Catolicismo Romano en lugar del Protestantismo, cuando, hablando
de su heroina, dijo:
Ella
consideraba la religión
Sin embargo,
los Teósofos, (aquellos auténticos), que no aceptan ninguna mediación por
terceros, ninguna salvación a través del derramamiento de sangre inocente y ni
pensarían “trabajar con fines lucrativos” en la religión Universal Una, podrán
concurrir y aceptar en su integridad, sólo la definición de Miller, el cual la
describe de forma verdadera y teosófica mostrando que:
La verdadera
Religión es siempre suave, propicia y humilde;
No asume el rol
de tirana y no planta ninguna fe en la sangre, Ni las ruedas de su carro
conllevan destrucción;
Sino más bien,
se inclina para refinar, socorrer y remediar, Y erige su grandeza sobre el bien
de todos.
Esta es una correcta definición de lo que
es, o debería ser, la verdadera Teosofía. (Entre los credos, sólo el Buddhismo
es una filosofía que une verdaderamente el corazón y los seres humanos; ya que
no es una religión dogmática.). Bajo este punto de vista y considerando que es
el deber y la tarea de cada teósofo genuino, aceptar y actualizar estos
principios, podemos decir que la Teosofía es Religión y la Sociedad—su Iglesia
Universal Unica—el Templo de la Sabiduría de Salomón4 para cuya
construcción “no se necesitó martillo ni
hacha y durante su erección no se oyó en la casa ningún ruido de utensilios de
hierro” (Reyes, vi). Ya que “este templo” no es el fruto de ningún trabajo
manual humano, ni se edifica en ninguna localidad terrenal; sino que se eleva
sólo en el santuario
Por lo tanto, la Teosofía no es una
Religión; sino la Religión misma, el único vínculo de unidad que es tan
universal y omnímodo que no puede omitir de su luz a ningún ser humano y a
ningún fragmento: desde los dioses y los mortales, hasta los animales, la hoja
de hierba y el átomo. Por lo tanto,
cualquier organización o conjunto con ese nombre debe necesariamente, ser una
Hermandad Universal. Si no fuese así, la
Teosofía sería simplemente una palabra añadida a la constelación de otras muy
altisonantes, pretenciosas y vacuas. Desde un punto de vista filosófico, la
Teosofía es, al ponerse en práctica, el alambique
Esta es la razón por la cual, a nadie que
solicite su admisión en la Sociedad Teosófica, se le pregunta a cuál religión
pertenece, ni cuáles son sus opiniones acerca de la divinidad. Estas son su
propiedad privada y no tienen ninguna atingencia con la Sociedad; ya que el
cristiano o el pagano, el judío o el gentil, el agnóstico o el materialista o
aún el ateo, pueden practicar la Teosofía siempre que ninguno de ellos sea un
fanático radical refractario en reconocer, como hermano o hermana, a cada ser
que no comparta su credo o creencia particular.
El Conde Leon N. Tolstoy no cree en la
Biblia, en la Iglesia y ni en la divinidad de Cristo; sin embargo, ningún
cristiano lo eclipsa en la realización práctica de los principios que, según se
afirma, fueron predicados en la Montaña. Estos principios son aquellos de la
Teosofía, no porque el Cristo Cristiano los expresó, sino por ser éticas
universales predicadas por Buddha, Confucio, Krishna y todos los grandes
sabios, millares de años antes de la recopilación del Sermón de la Montaña. Por
lo tanto, una vez que vivimos en armonía con este tipo de teosofía, ésta se
convierte, en realidad, en una panacea universal; ya que sana las heridas
infligidas por las burdas asperezas de los “ismos” eclesiásticos en el alma
sensible de cada ser naturalmente religioso.
¿Cuántos de ellos, catapultados fuera de la estrecha área de la creencia
ciega y caídos en los rangos del escepticismo árido por la reacción impulsiva
de la decepción, han sido llevados otra vez a nutrir una aspiración
esperanzadora, simplemente uniéndose a nuestra Hermandad, no obstante su
imperfección?
Si a fin de
equilibrar el asunto, se nos recuerda que diversos miembros prominentes han
dejado la Sociedad, decepcionados de la teosofía, como les aconteció en otras
asociaciones, ésto no puede desanimarnos ni mínimamente; ya que, en los albores
de las actividades de la Sociedad Teosófica, sólo en rarísimas excepciones se
alejaron porque discernieron que en la Organización General no se practicaba el
misticismo como según ellos lo entendían; o porque “los líderes carecían de
Espiritualidad, eran antiteosóficos y por lo tanto infieles a las reglas”;
mientras que la mayoría de ellos abandonó la Sociedad debido a su apatía o
presunción, considerándose una iglesia y un dogma infalible en sí mismos.
Además, algunos se distanciaron valiéndose de pretextos muy superficiales según
los cuales: “nuestras revistas trataban al Cristianismo (más bien al
Cristianismo fanático o postizo) de manera demasiado cáustica, ¡cómo si
reserváramos un mejor tratamiento o amparáramos, las otras religiones
fanáticas! Por lo tanto, todos los que se fueron hicieron bien y nunca los
hemos lamentado.
Además, debemos
agregar que: el número de las personas que se fueron es incomparable con el de
las que encontraron en la Teosofía todo lo que esperaban hallar. Si estudiamos
seriamente sus doctrinas, éstas estimulan los poderes razonadores y despiertan
el ser interior en el hombre animal, evocando en nosotros todo poder, hasta la
fecha latente y también la percepción de lo verdadero y de lo real, en lugar de
lo falso y de lo irreal. La Teosofía científica, versada en la hermenéutica del
simbolismo perspicaz de las edades, descorre firmemente el espeso velo de la
interpretación literal con el cual se encubrían todas las antiguas escrituras
religiosas y revela, al escarnecedor de la antigua sabiduría, el origen de las
fes y ciencias del mundo. Abre nuevos panoramas más allá de los antiguos
horizontes de las fes cristalizadas, inmóviles y déspotas, transmutando la
creencia ciega en un conocimiento razonado basado en leyes matemáticas, la
única ciencia exacta y le demuestra, recurriendo a aspectos más profundos y
filosóficos, la existencia de lo que él había abandonado desde hace mucho
tiempo, considerándolo como una fábula y rehusándolo por la cristalización de
su forma literal. A todo hombre o mujer de cualquier nivel social, cultural e
intelectual, le imparte un objetivo claro y bien definido, un ideal por el cual
vivir. La Teosofía práctica no es una Ciencia, sin embargo, abraza toda ciencia
en la vida moral y física. En pocas palabras, podríamos considerarla como el
“entrenador” universal, un preceptor de un conocimiento y experiencia globales,
con una erudición que no sólo asiste y guia a sus alumnos hacia un examen
exitoso en vista de cada servicio científico y moral en la vida terrenal; sino
que les equipa para las vidas futuras si sólo estudiasen el universo y sus
misterios en sí mismos, sin examinarlos a través de los cristales de la ciencia
y de las religiones ortodoxas.
Que ningún
lector interprete erróneamente tales declaraciones. Esta omniciencia se
proclama en favor de la Teosofía misma y de ningún miembro individual de la
Sociedad o aún Teósofo. No se debe confundir el binomio:
Teosofía y
Sociedad Teosófica, la primera es el recipiente el cual contiene la segunda, la
olla podrida. La Teosofía, como ideal, es la Sabiduría divina, la perfección
misma, mientras la Sociedad Teosófica es una pobre cosa imperfecta que trata de
caminar bajo, si no dentro, de la sombra que la Teosofía refleja en la tierra.
Ningún ser humano es perfecto, entonces ¿por qué deberíamos esperar que algún
miembro de la Sociedad Teosófica sea un modelo de toda virtud humana? ¿Y por
qué se debería criticar y culpar a la organización entera por las limitaciones,
tanto reales como imaginarias, de algunos de sus “Miembros” o aún de sus
Líderes? Jamás la Sociedad, como asociación concreta, ni ninguno de sus
miembros, fueron exentos de culpas o pecados; ya que errar es humano.
Por lo tanto,
se debería más bien culpar a estos miembros, la mayoría de los cuales no están
guiados por la teosofía, que es el alma de la Sociedad Teosófica, mientras esta
última es su cuerpo burdo e imperfecto. Por lo tanto, antes de que estos
Salomones modernos, dispuestos a sentarse en el Asiento del Juicio y a
dictaminar acerca de lo que ignoran, denigren la teosofía o a algún teósofo,
les invitamos a familiarizarse primero con ambos, en lugar de llamar,
ignorantemente, a la primera una “profusión abigarrada de creencias insensatas”
y la segunda una “secta de embusteros y lunáticos.”
No obstante
todo ésto, los amigos y los enemigos de la Teosofía hablan de ella
Hemos dicho que
creemos en la unidad absoluta de la naturaleza. La unidad implica la
posibilidad, para un ente de un
La Doctrina
Secreta, recientemente publicada, mostrará cuales eran las ideas de toda la
antigüedad en lo que atañe a los instructores primitivos de la primera
humanidad y de sus tres razas anteriores. El génesis de esa Religión-Sabiduría,
en el cual todos los teósofos creen, se remonta a ese período. El origen de lo
que llamamos “Ocultismo” o más bien Ciencia Esotérica, debe reconducirse a esos
Seres que, guiados por el Karma, se han encarnado en nuestra humanidad,
impartiendo la tónica de tal Ciencia secreta que, desde entonces, en cada edad,
innumerables generaciones de adeptos subsiguientes han ampliado, mientras
verificaban sus doctrinas recurriendo a la observación y a la experiencia
personal. El conjunto de este conocimiento, que ningún ser humano es capaz de
poseer en su totalidad, constituye lo que hoy llamamos Teosofía o “conocimiento
divino.” Seres de otros mundos más elevados podrían ser los depositarios de su
versión integral, sin embargo, nosotros, lo somos sólo de aquella parcial.
Por lo tanto,
la unidad del todo en el universo implica y justifica nuestra creencia en la
existencia de un conocimiento al mismo tiempo: científico, filosófico y
religioso, que muestra la necesidad y la realidad de la conexión recíproca
entre el ser humano y todas las cosas en el universo. Desde luego, tal
conocimiento se convierte, esencialmente, en Religión y se le debe llamar en su
integridad y universalidad, con el nombre distintivo de Religión-Sabiduría.
Esta
Religión-Sabiduría es la fuente de la cual emanan todas las variadas y
(erróneamente llamadas) “Religiones” individuales, las cuales, a su turno, forman
retoños, ramas y también todos los credos menores, cuyas bases y orígenes
descansaban en alguna experiencia personal en psicología. Cada una de estas religiones o ramas
religiosas, ya sea considerada ortodoxa y herética, sabia o insensata, empezó, originalmente,
de la Fuente Madre
Obviamente, se
provocaría una subversión por ambos lados si dijéramos que el Espiritismo
moderno en sí, desintoxicado de las especulaciones desatinadas, basadas en las
declaraciones de dos jovencitas y sus desconfiables “Espíritus” es, sin
embargo, mucho más filosófico que cualquier dogma eclesiástico. Ahora, el
Espiritismo Carnalizado está segando su Karma. Sus primeras innovadoras: “las
dos jovencitas” de Rochester, la Meca del Espiritismo moderno, han crecido y
han alcanzado la ancianidad desde que produjeron sus primeros golpes, abriendo
completamente las puertas entre este mundo y el otro. Su atestación “inocente”
originó y orquestó el esquema elaborado de una “Tierra Estival” (Summer-land),
poblada de “Espíritus” astrales activos, siempre al borde entre su “Tierra
Silenciosa” y la nuestra petulante y gárrula. Ahora, las dos Mahomas femeninas
del Espiritismo moderno, han negado sus propias teorías, traicionando la
“filosofía” que crearon y desertando a las filas enemigas. Expusieron y
denunciaron el Espiritismo práctico
Ningún teósofo
auténtico se burlará jamás o aún menos se regocijaría de la derrota ajena, ni
siquiera de un oponente, simplemente porque:
Tanto hoy como
siempre, sabemos que seres de otros mundos más elevados se confabulaban con
algunos mortales electos; aunque actualmente, ésto se haya convertido en algo
más atípico que en la antigüedad ya que la humanidad, en cada generación más
civilizada, se degrada en cada aspecto.
Quizá, un día la Teosofía pronuncie la última palabra sobre el Espiritismo
y los “Espíritus” que aún no ha proferido; debido, en realidad, a la
concitación de todos los espiritistas europeos y americanos contra las primeras
frases que contradecían la idea de que toda inteligencia comunicadora fuera,
necesariamente, el Espíritu de algún ex-mortal de esta tierra. Entretanto, una
humilde servidora de la teosofía, la editora, declara, una vez más, su creencia
en Seres más grandiosos, más sabios y más nobles que algún Dios personal, los
cuales trascienden cualquier “Espíritu de muertos,” Santos y Angeles alados,
quienes, sin embargo, en cada edad, se dignan a inspirar, ocasionalmente, a
unos pocos sensitivos, a menudo totalmente desvinculados de la Iglesia, del
Espiritismo o aún de la Teosofía. Por lo tanto, la editora, creyendo en Seres
Espirituales elevados y santos, debe también creer en la existencia de su
antítesis:
“espíritus”
inferiores, buenos, malos e indiferentes. Entonces, cree en el espiritismo y en
sus fenómenos, algunos de los cuales le provocan una produnda repulsión.
Esto lo
presentamos como una observación casual y un escarceo, con el fin de mostrar
que la Teosofía incluye al Espiritismo, como debería ser y no como es, entre
sus ciencias que estriban en el conocimiento y la experiencia de
inconmensurables edades. No existe religión digna de tal nombre cuyo origen no
se remonte a estas visitas de Seres de planos superiores.
Esta es la
manera en la cual nacieron todas las religiones prehistóricas e históricas:
Mazdeismo, Brahmanismo, Buddhismo, Cristianismo, Judaismo, Gnosticismo y
Mahometanismo, en pocas palabras, cada “ismo” más o menos exitoso. Todos son
verídicos en su esencia y falsos en su aspecto superficial. El Revelador, el
artista quien imprimió una porción de la Verdad en el cerebro del Vidente, era
siempre un artista auténtico que divulgaba verdades genuinas, sin embargo, el
instrumento resultó ser siempre y sólo un ser humano. Inviten a Rubenstein y
pídanle que toque una sonata de Beethoven en un piano dejado a sus propios
recursos: desafinado, con la mitad del teclado en parálisis crónica y las
cuerdas sueltas y vean si, no obstante el genio del artista, podrán reconocer
la sonata. La moraleja de la fábula es que un ser humano, ya sea el medium o el
vidente más grande, es simplemente un hombre, quien, dejado a sus recursos y
especulaciones, debe estar en disonancia con la verdad absoluta aun cuando
recoja algunos de sus fragmentos. Desde luego, el Hombre es meramente un Angel
caído, un dios en su interior, sin embargo, teniendo un cerebro animal en su
cabeza y compartiendo la compañía de otros hombres en la tierra, está más
sujeto al frío y a los vapores del vino, que a la recepción exacta de las
revelaciones divinas.
De aquí derivan
los dogmas policromos de las iglesias, también las llamadas mil y una
“filosofías” (algunas contradictorias, teorías teosóficas incluídas), las
misceláneas “Ciencias” y esquemas, Espiritual, Mental, Cristiano, Secular, el
sectarismo y el fanatismo y, especialmente, la vanidad personal y la presunción
de casi todo “Innovador” desde las edades medioevales. Cada uno de ellos ha
oscurecido y ocultado la verdadera existencia de la Verdad, la raíz común de
todas. Quizá nuestros críticos imaginen que omitimos las enseñanzas teosóficas
de esta nomenclatura. Absolutamente no. Aunque las doctrinas esotéricas que la
Sociedad Teosófica promulgó y todavía promulga, no son impresiones mentales o
espirituales procedentes de algún “desconocido de arriba”; sino el fruto de
enseñanzas que nos impartieron hombres vivientes. Aún, exceptuando lo que esos
mismos Maestros de la Sabiduría dictaron y recopilaron, estas doctrinas podrían
ser, en muchos casos, tan incompletas e imperfectas
La Doctrina
Secreta, obra que expone todo lo divulgable en este siglo, es un conato para
presentar, de forma parcial, la base y la herencia comunes en todos los
esquemas religiosos y filosóficos grandes y pequeños. Se consideró
indispensable desconchar toda esta masa de concepciones erróneas y prejuicios
cristalizados que ahora oculta el tronco padre de
(a) todas las
grandes religiones
(b) de las
sectas menores
(c) de la
Teosofía en su versión actual, a pesar
La capa
Está claramente
demostrado que el resultado de tal actitud sólo podría enturbiar el flujo de
los hechos. Después de doce años de trabajo y lucha incesante con enemigos
esparcidos sobre todo el globo terráqueo, no obstante nuestras cuatro revistas
teosóficas mensuales: el Theosophist, el Path, el Lucifer y el Lotus francés,
con nuestras protestas insípidas y dóciles, nuestras declaraciones tímidas,
nuestra “táctica magistral de inactividad” y nuestro juego de escondite en la
sombra de la metafísica monótona, simplemente han inducido a la gente a
considerar seriamente a la Teosofía como una secta religiosa. Por la centésima
vez nos preguntan:
“¿Qué bien está
haciendo la Teosofía?” y “¡Ved qué buen trabajo están llevando a cabo las Iglesias!”
Sin embarto es
un hecho incontrovertible que la moralidad humana no ha dado un paso adelante
y, bajo algunos puntos de vista, su condición es diez veces peor que aquella
vigente en el período pagano. Además, en los últimos cincuenta años del siglo, desde
que el Libre Pensamiento y la Ciencia se adelantaron sobre las iglesias, cada
año las filas del cristianismo están perdiendo muchos más adherentes en las
clases cultivadas, en comparación con los prosélitos que adquiere en el nivel
inferior, las escorias del paganismo. Al mismo tiempo, la Teosofía ha rescatado
del Materialismo y de la desesperación más profunda, a más de un individuo que
la iglesia había perdido a causa del dogma, la ejerción de la fe y de la
tiranía, conduciéndolo, nuevamente, a una creencia, (basada en la lógica y la
evidencia), en el Ser divino del individuo y en la inmortalidad de este último.
Si se puede probar que la Teosofía rescata una persona entre las millares de
las que la iglesia ha perdido, ¿no es ésto un factor más positivo que todos los
misioneros perdidos? La teosofía, según
declaran sus miembros y oficiales en la prensa y a viva voz, sigue líneas
diametralmente opuestas a las que recorre la iglesia y rechaza los métodos de
la ciencia; ya que su procedimiento inductivo puede únicamente conducir al
craso materialismo.
En efecto, la
Teosofía afirma ser “Religión” y “Ciencia”; pues es el meollo de ambas. Por lo
tanto, la Sociedad Teosófica, inducida por el amor de las dos abstracciones
divinas:
la religión y
la ciencia teosóficas, se ha convertido en un basurero voluntario: tanto de la
religión ortodoxa como de la ciencia moderna y también en el Némesis incesante
de aquellos que han degradado las dos nobles verdades por propósitos y fines
personales, separándolas violentamente aunque las dos sean y deban ser, una.
Este artículo se propone, entre otros fines, probar ésto.
El Materialista
moderno insiste en la existencia de una laguna infranqueable entre las dos,
apuntando que el “Conflicto entre Religión y Ciencia” ha desembocado en el
triunfo de esta última y la capitulación de la primera. Sin embargo, el teósofo
moderno rehusa ver cualquier laguna. Si
el binomio Iglesia y Ciencia pregona que persigue la verdad y nada más que la
verdad entonces, una de las dos o ambas se equivoca y acepta la mistificación
por la verdad. Cualquier otro obstáculo hacia su reconciliación debe
considerarse puramente ficticio. La verdad es una, aunque se busque o se
persiga por dos diferentes extremos. Así, la Teosofía proclama reconciliar a las
dos enemigas sentando la premisa que la religión cristiana auténtica,
espiritual y primitiva es la luz de la Verdad, “la vida y la luz de la
humanidad,” anánologamente a las otras grandes filosofías más antiguas que la
antecedieron.
Sin embargo, lo
mismo vale para la auténtica luz de la ciencia. Por lo tanto, como los dogmas
de una hermenéutica obnubilada por las supersticiones fruto de una elaboración
superficial de las iglesias, oscurecen la religión, difícilmente esta luz podrá
penetrar y conjugarse con su rayo gemelo: la ciencia, la cual está igualmente
constelada de telarañas en la forma de paradojas y sofismos materialistas de la
edad. Las enseñanzas de ambas son
incompatibles y no podrán concordar mientras que la filosofía Religiosa y la
Ciencia de la naturaleza física y externa, (que para la filosofía es falsa),
insistan en la infalibilidad de sus respectivas doctrinas aleatorias. Las dos
luces, dotadas de rayos de la misma extensión en la cuestión de deducciones
falsas, pueden, simplemente anularse, produciendo una oscuridad aún peor. Sin
embargo, es posible reconciliarlas siempre que ambas limpien sus casas; una:
desambarazándose de las escorias de las edades y la otra: de la horrible
excrecencia
Por lo tanto,
la teosofía demostrará que es la salvadora de la humanidad aunque se limitara a
indicar y a llamar seriamente la atención mundial al hecho de que la presunta
discrepancia entre la religión y la ciencia está condicionada, por un lado: por
los materialistas inteligentes quienes concitan contra los absurdos dogmas
humanos y por el otro: por los fanáticos ciegos y los eclesiásticos
interesados, quienes, en lugar de propugnar por las almas humanas, luchan de
manera encarnizada en favor de su sustento y autoridad.
Esperamos haber
mostrado lo que es la Teosofía real y lo que son sus adherentes. La primera es
la Ciencia divina y un código Etico tan sublime que ningún teósofo puede poner,
completamente, en práctica; los otros son individuos débiles pero sinceros. Entonces,
¿por qué juzgar a la Teosofía conforme a las limitaciones personales de algún
líder o miembro de sus 150 sucursales? Uno podría trabajar para ella con lo
mejor de su habilidad y aún, nunca elevarse a la cumbre de su llamado y
aspiración. Esta es su desdicha y jamás la culpa de la Teosofía o de la
organización general. Los Fundadores de la Sociedad Teosófica no reivindican
ningún mérito, salvo el de haber activado el engranaje. Si se deben juzgar, que
se haga con arreglo al trabajo que han realizado y no valiéndose de lo que sus
amigos puedan pensar o sus enemigos puedan decir de ellos. En un trabajo
Ahora bien,
estos resultados son casi imperceptibles e inaudibles entre el bullicio y el
fragor que la constelación de nuestros enemigos y sus dispuestos émulos—los
indiferentes, producen. Sin embargo, por pequeños que sean los resultados, si
una vez se probara su positividad, aún ahora, todo ser en cuyo corazón resida
el interés para el progreso moral de la humanidad, deberá su gratitud a la
Teosofía. Cómo la Teosofía fue avivada y presentada al mundo por sus servidores
indignos:
los
“Fundadores,” si su trabajo fue útil, éste debe ser su único defensor, a pesar
del presente estado del saldo en las pequeñas cuentas de caja Kármica donde la
“respetabilidad” social representa las entradas.
Lucifer,
Noviembre de 1888
4 Cuyas 700 mujeres y 300 concubinas son,
dicho sea de paso, simplemente las personificaciones de los atributos, los
sentimientos, las pasiones y los varios poderes ocultos humanos. Los números
cabalísticos 7 y 3 lo muestran claramente. Además, el mismo Salomón, siendo
simplemente el emblema del Sol: el “Iniciado Solar” o el Cristo Sol, es una
variante
“Vikarttana” hindú (el Sol), privado de sus
rayos por Viswakarma, su Hierofante Iniciador, el cual remueve el fulgor áureo
del candidato-Chrestos para la iniciación, coronándolo con una aureola oscura y
ennegrecida: la “corona de espinas,” (Para una explicación completa, consultar
La Doctrina Secreta. Salomón nunca fue un hombre viviente. Su vida y sus obras
descritas en “Reyes” son una alegoría sobre las pruebas y la gloria de la
Iniciación.
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writings published after her death
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The Early Teachings of The Masters
A Collection of Fugitive Fragments
Fundamentals of the Esoteric Philosophy
Mystical,
Philosophical, Theosophical, Historical
and Scientific
Essays Selected from "The Theosophist"
Edited by George Robert Stow Mead
From Talks on the Path of Occultism - Vol. II
In the Twilight”
Series of Articles
The In the
Twilight” series appeared during
1898 in The
Theosophical Review and
from 1909-1913 in The Theosophist.
compiled from
information supplied by
her relatives and friends and edited by A P Sinnett
Letters and
Talks on Theosophy and the Theosophical Life
Obras Teosoficas En Espanol
Theosophische Schriften Auf Deutsch
An Outstanding
Introduction to Theosophy
By a student of
Katherine Tingley
Elementary Theosophy Who is the Man? Body and Soul
Body, Soul and Spirit Reincarnation Karma
Guide to the
Theosophy Wales King Arthur Pages
Arthur draws the Sword from the Stone
The Knights of The Round Table
The Roman Amphitheatre at Caerleon,
Eamont Bridge, Nr Penrith, Cumbria, England.
(History of the Kings of Britain)
The reliabilty of this work has long been a subject of
debate but it is the first definitive account of Arthur’s
Reign
and one which puts Arthur in a historcal context.
and his version’s political agenda
According to Geoffrey of Monmouth
The first written mention of Arthur as a heroic figure
The British leader who fought twelve battles
King Arthur’s ninth victory at
The Battle of the City of the Legion
King Arthur ambushes an advancing Saxon
army then defeats them at Liddington Castle,
Badbury, Near Swindon, Wiltshire, England.
King Arthur’s twelfth and last victory against the Saxons
Traditionally Arthur’s last battle in which he was
mortally wounded although his side went on to win
No contemporary writings or accounts of his life
but he is placed 50 to 100 years after the accepted
King Arthur period. He refers to Arthur in his inspiring
poems but the earliest written record of these dates
from over three hundred years after Taliesin’s death.
Mallerstang Valley, Nr Kirkby Stephen,
A 12th Century Norman ruin on the site of what is
reputed to have been a stronghold of Uther Pendragon
From
wise child with no earthly father to
Megastar
of Arthurian Legend
History of the Kings of Britain
Drawn from the Stone or received from the Lady of the Lake.
Sir Thomas Malory’s Le Morte d’Arthur has both versions
with both swords called Excalibur. Other versions
5th & 6th Century Timeline of Britain
From the departure of the Romans from
Britain to the establishment of sizeable
Anglo-Saxon Kingdoms
Glossary of
Arthur’s uncle:- The puppet ruler of the Britons
controlled and eventually killed by Vortigern
Amesbury, Wiltshire, England. Circa 450CE
An alleged massacre of Celtic Nobility by the Saxons
History of the Kings of Britain
Athrwys / Arthrwys
King of Ergyng
Circa 618 - 655 CE
Latin: Artorius; English: Arthur
A warrior King born in Gwent and associated with
Caerleon, a possible Camelot. Although over 100 years
later that the accepted Arthur period, the exploits of
Athrwys may have contributed to the King Arthur Legend.
He became King of Ergyng, a kingdom between
Gwent and Brycheiniog (Brecon)
Angles under Ida seized the Celtic Kingdom of
Bernaccia in North East England in 547 CE forcing
Although much later than the accepted King Arthur
period, the events of Morgan Bulc’s 50 year campaign
to regain his kingdom may have contributed to
Old Welsh: Guorthigirn;
Anglo-Saxon: Wyrtgeorn;
Breton: Gurthiern; Modern Welsh; Gwrtheyrn;
*********************************
An earlier ruler than King Arthur and not a heroic figure.
He is credited with policies that weakened Celtic Britain
to a point from which it never recovered.
Although there are no contemporary accounts of
his rule, there is more written evidence for his
existence than of King Arthur.
How Sir Lancelot slew two giants,
From Sir Thomas Malory’s Le Morte d’Arthur
How Sir Lancelot rode disguised
in Sir Kay's harness, and how he
From Sir Thomas Malory’s Le Morte d’Arthur
How Sir Lancelot jousted against
four knights of the Round Table,
From Sir Thomas Malory’s Le Morte d’Arthur
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